La nueva Ley concursal cumple dos años tras la reforma operada por la Ley 16/2022, de 5 de septiembre, de reforma del texto refundido de la Ley Concursal.
La normativa de 2022 prometía modernizar los procesos de reestructuración e insolvencia en España.
Tantos los expertos en derecho concursal, como las distintas asociaciones relacionadas con esta materia, han hecho un balance de cómo ha funcionado la reforma concursal en estos dos años. Ha habido de todo, en algunas áreas la ley ha cumplido su objetivo, mientras que, en otras, queda mucho por hacer.
Según Diego Comendador, presidente de ASPAC, Asociación Profesional de Administradores Concursales y Expertos en Reestructuraciones e Insolvencia, uno de los principales logros de la reforma ha sido la introducción de los planes de reestructuración, mecanismo cuyo objetivo es prevenir los concursos de acreedores mediante la negociación entre deudores y acreedores.
El plan de reestructuración contempla que se cree una lista de clases de acreedores y facilita la negociación, de forma que se pueda evitar la judicialización de los conflictos empresariales.
Aunque para Comendador, el número de planes de reestructuración aprobados en estos dos años ha sido modesto, sin embargo, observa la utilidad de esta figura, particularmente en casos de empresas con conflictos internos entre socios.
En 2023 el número de planes de reestructuración fue de poco más de 340, mientras que en el primer trimestre de este año se sitúa en torno a unos 70.
No obstante, se prevé que el uso de estos planes aumente de forma exponencial en los próximos años, porque se ha demostrado que ofrecen una mayor agilidad y mínima intervención judicial, lo que los hace atractivos tanto para empresas como para acreedores.
Por tanto, muchas empresas se han “alejado” de los juzgados.
Qué es lo que no ha funcionado en la Ley Concursal
Según ASPAC, uno de los puntos más controvertidos de la reforma concursal es la aplicación de los procedimientos especiales para microempresas.
La ley no ha funcionado como se esperaba en estos casos, por las siguientes razones:
- Aunque la reforma buscaba simplificar y reducir costes para estas pequeñas empresas, la falta de una plataforma telemática ha ralentizado su despliegue.
- La exclusión del administrador concursal en estos procesos, ha generado inquietudes sobre la transparencia y eficacia del sistema.
- La falta de implementación o la escasa promoción, concienciación y asesoramiento a los empresarios.
Además, en lugar de reducir los costes del proceso, este procedimiento transfiere los gastos del acreedor al Estado, lo que genera una falsa impresión de ahorro.
Para evitarlo, ASPAC ve necesario que se incluya la figura del administrador concursal, para garantizar un control profesional y evitar que los deudores liquiden sus empresas sin supervisión.
Aumento de los “concursos sin masa”
En estos dos años, ha habido un aumento considerable de concursos voluntarios sin masa. Especialmente de personas físicas no empresarios, con la posibilidad de conseguir el BEPI (beneficio de exoneración del pasivo insatisfecho), o lo que es igual, el perdón de las deudas.
Además, en estos procedimientos, es posible que no intervenga un administrador concursal, como ocurre con los concursos sin masa en los que los acreedores no lo piden.
Para ASPAC, es una situación preocupante, ya que según su Presidente, podría dar lugar a prácticas fraudulentas y a la liquidación de empresas sin una supervisión adecuada de sus activos y pasivos. Por ello, piden un mayor control para evitar que los empresarios vacíen sus empresas antes de declararse en concurso.
No obstante, lo cierto es que, habrá que analizar cada caso en concreto, ya que, al ser prescindible en muchos concursos el administrador concursal, se dota de agilidad al procedimiento, y eso es una mejora considerable de esta reforma.
Otras medidas necesarias para mejorar la Ley concursal
Los expertos ven necesario mejorar la plataforma telemática para microempresas, ya que carece de eficiencia y frecuentemente falla al cargar los datos, siendo los trámites mucho más lentos y tediosos que los de los concursos ordinarios o los de los concursos sin masa.
Otras de las medidas que ASPAC considera esenciales, es la creación de un Estatuto del Administrador Concursal que regule esta figura y su papel en los procedimientos de insolvencia.
¿Cuál es el balance de estos dos años?
Dos años después, el balance de la aplicación de la Ley concursal tras la reforma de 2022 ha sido positivo en muchos aspectos, pero en otros debe mejorar para alcanzar su objetivo de ser una herramienta útil, efectiva, justa y transparente para la reestructuración y la insolvencia empresarial.
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