¿Conoces la Ley de Deforestación Europea? El café ha alcanzado su precio más alto en 50 años, y se espera que siga subiendo a lo largo de 2025. Se trata de una subida a nivel mundial, habiéndose duplicado su precio en el último año.
¿Qué hay detrás de la fuerte subida del café?
Son varias las razones, entre otras, las siguientes:
Productores
Los costos de producción del café se han disparado. Muchos productores se tienen que pagar salarios extra a fin de fichar a los escasos trabajadores disponibles.
Además, el precio del fertilizante también ha subido.
Es curioso que, la fuerte subida del café no está repercutiendo en mayores ganancias para los productores, al contrario, es probable que en 2025 ganen menos que el año anterior.
Los productores tienen miedo de que los altos precios lleven a algunos consumidores de café a limitar su consumo, sustituyéndolo por productos con cafeína más baratos, como refrescos y bebidas energéticas.
Cambio climático
Las lluvias no esperadas en épocas en las que habitualmente no llueve, así como los cambios bruscos de las temperaturas han devastado muchos cultivos, de zonas como Honduras, uno de los mayores productores de café de América.
Debido al cambio climático, la oferta de café se ha visto disminuida en todo el planeta por el aumento de las temperaturas, las sequías y las lluvias excesivas, afectando a Brasil y Vietnam, los dos mayores productores de café del mundo.
Muchas fincas cafeteras se han visto dañadas a consecuencia de olas de frío en diciembre y enero, seguidas de lluvias tardías, lo que ha provocado que haya menos trabajadores disponibles, y un mayor coste laboral.
Generaciones de injusticia y destrucción medioambiental
Algunas organizaciones sin fines de lucro ven la subida del café como un correctivo a un sistema internacional que durante siglos ha pagado muy mal a los productores, y que tiene el potencial de corregir generaciones de injusticia y destrucción medioambiental.
Para estas voces críticas, los antiguos métodos de producción han mermado la salud y la fertilidad del suelo, y no permiten resistir el cambio climático.
“A precios más altos es adonde tenemos que ir, precios que permitan a estos agricultores invertir en el futuro del café”
manifiesta Amanda Archila, directora ejecutiva de Fairtrade America, una organización sin fines de lucro con sede en Washington, que ha establecido normas medioambientales y sociales para los productores, certificando a los que las cumplan, de forma que los conecte con los mercados mundiales a precios mínimos garantizados.
Según World Coffee Research, organización sin ánimo de lucro que promueve prácticas agrícolas sostenibles, el 60 por ciento del café mundial lo producen unos 12,5 millones de personas que trabajan en plantaciones de poco más de 20 hectáreas, la mayoría mucho más pequeñas.
Alrededor del 44 por ciento de los pequeños agricultores viven por debajo del umbral de pobreza establecido por el Banco Mundial.
La idea es que, si los agricultores ganan más, pueden cambiar a variedades resistentes al aumento de las temperaturas y a la variabilidad de las precipitaciones y podrán plantar árboles de sombra para proteger los suelos.
A mayores beneficios de los productores, mayores medios para resistir las salvajes oscilaciones de los precios que durante siglos han regido los mercados internacionales de materias primas, gestionando sus plantaciones a largo plazo.
Desorden en el mercado cafetero
Si analizamos la historia dl café, vemos que se trata de una historia de explotación para aumentar la oferta y bajar los precios. Los imperios coloniales establecieron plantaciones en Asia y Sudamérica para satisfacer la demanda de Europa y Norteamérica.
Esclavizaron a miles de trabajadores africanos y arrebataron tierras a las comunidades indígenas, además de destrozar frondosos bosques para plantar más árboles de café. La miseria humana y la devastación medioambiental demostraron el altísimo costo de convertir el café, bien de lujo, en un producto básico.
Actualmente, el café cosechado y procesado en granos verdes desde Colombia a Kenia se ha enviado a tostadores y conglomerados agroindustriales de los países más ricos.
En esta cadena, hay trabajadores que ganan unos míseros 2 dólares al día en América Latina, Asia y África, mientras que millones de consumidores pagan más del doble por un capuchino en Europa o Estados Unidos.
Tradicionalmente, la mayor parte de las ganancias las han obtenido los grandes tostadores de café. A mayor precio, mayor ganancia.
Cambios en la normativa europea: La Ley de Deforestación Europea
La Ley de deforestación europea, aprobada por el Parlamento europeo en 2023, tiene como objetivo combatir el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, obligando a las empresas a garantizar que sus productos no han provocado deforestación ni degradación forestal.
Al inicio estaba previsto que entrara en vigor a finales de 2024, pero las presiones económicas y empresariales, han llevado a posponer su entrada en vigor.
Según lo votado por el pleno del Parlamento europeo, los grandes operadores tendrán que respetar las obligaciones derivadas de la Ley a partir del 30 de diciembre de 2025, mientras que las pequeñas empresas y las microempresas tendrán hasta el 30 de junio de 2026 para adaptarse.
A partir de estas fechas, los productores tendrán que demostrar que no talan árboles, lo que ha provocado que, ante la incertidumbre, algunos tostadores hagan acopio de granos antes de que la ley entre en vigor, lo que ha aumentado la demanda de granos de todo el mundo y ha hecho subir los precios, todo apunta a que a mediados de 2025 comprar café va a ser más caro.
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